El Pergamino de Jei

La lluvia en Sevilla es una pura maravilla

Los días de lluvia tienen una gran cantidad de ventajas: No hace falta que te duches por muy guarro que tengas el pelo. Puedes pegar paraguazos a los viandantes impunemente, Si estás de mala leche, le puedes echar la culpa al tiempo (o a la regla, que siempre funciona). No hace falta sacar al perro porque se mancha. El coche se lava solo. Los pajaritos no trinan. Te ahorras 1 hora de saludar a los invitados a la boda...

Y hablando de La Boda... este fin de semana huí de Madriz para poder evitar el desfase social de la ciudad. La elegida para mis cortas vacaciones fue Donosti, un lugar maravilloso donde... ¡No ha llovido!

Bueno, esto no es del todo cierto... llovió un poco, las paredes se llenaron de caracoles y nos tuvimos que quedar encerrados en casa... ¡Viendo la jodida boda!

Cuando mi hermana se casó, no hubo tantas movidas: A nadie le importaba un comino como iban vestidos los invitados, ni lo que había que hacer con el ramo, ni si las arras estaban cedidas por el banco de España... La verdad es que no estaban cedidas, estaban compradas... fueron monedas de plata de las de 2.000 pesetas de las antiguas... pesaban como muertos y sonaban más que las campanas de la Almudena.

Si la boda real hubiera sido como la de mi hermana, Santa Mª de Atocha se habría tenido que joder y aguantar, porque a la Leti se le habría olvidado el ramo de novia en casa, la limusina habría llegado tarde, la decoración de la iglesia sería un reaproveche de margaritas de la boda anterior y habrían entrado en el Palacio Real a ritmo de Star Wars...

Por no hablar de la noche anterior... después de esa magnífica cena de Arzak y que Leti se hubiera ido a dormir a su casita, habría aparecido un príncipe Felipe medio borracho a las 2 de la mañana acompañado por La Tuna Compostelana a rondarle al bacón y despertando a todos los vecinos.

Ya podemos imaginarnos a la Guardia Real asomados a las ventanas: ¡Eh! ¡Que hay gente que quiere dormir! ¡No se vosotros, pero yo tengo que servir la pitanza mañana a 1500 invitados! Alístate, verás mundo... decían...

Bueno... por supuesto, si la boda de estos dos hubiera sido como la de mi hermana, habría estado lloviendo a cántaros toda la semana menos el día de la boda. Todo gracias a que la Leti habría llevado huevos, harina y azúcar a las Clarisas 2 días antes de la boda para evitar los chaparrones...

La invitación de boda habría sido una caja con cositas varias dentro e instrucciones de uso y disfrute de las misma... posiblemente diseñada por el pibe este que desgració a Curro.

Las Infantas no habrían tenido su traje terminado hasta 2 días antes de la boda. El Príncipe habría compuesto la música de la ceremonia y en la despedida de sotera habría habido un brasileño en cueros untado en aceite Nenuco... De verdad... no quiero ni imaginármelo >_<

Un arañazo:

JeiFarfy

Posted by JeiFarfy at 24 de Mayo 2004 a las 10:34 AM